domingo, 7 de febrero de 2016

Creamos un cuento

Hoy os propongo una actividad para trabajar la creatividad y la imaginación a través de la creación de un cuento. La creatividad y la imaginación creo que son dos aspectos muy importantes para poder ser buenos escritores, sobre todo si la tipología de textos son cuentos, novelas,...

En primer lugar, dividiremos la clase por grupos, unos 4-5 grupos y cada grupo deberá escoger un cuento popular que le guste y deberá analizarlo: anotar quiénes son los personajes y cuál es la estructura del cuento (introducción, nudo y desenlace), la moraleja que quiere trasmitir y el tipo de lenguaje, expresiones y vocabulario que se utiliza. De esta manera, los alumnos aprenderán sobre estrategias de composición de texto a través del análisis de un cuento.
Posteriormente, cada grupo explicará su análisis del cuento para que todos los alumnos lo conozcan y puedan ver que en general todos los cuentos tienen la misma estructura y que además el lenguaje y las expresiones van dirigidas a lectores infantiles. Seguidamente, los alumnos con los mismo grupos, deberán crear un nuevo cuento mezclando los personajes de cada uno de los cuentos, utilizando la estructura y el tipo de lenguaje o expresiones que han observado y creando una nueva moraleja.

Finalmente leeremos los cuentos que han salido.

En este link podemos encontrar distintos cuentos infantiles que nos pueden ayudar para inspirarnos y también consejos para escribir un cuento.



Describir el escribir. Como se aprende a escribir.



Después de leer el capítulo sobre el proceso de composición de un texto del libro Describir el escribir. Como se aprende a escribir de D. Cassany me gustaría hacer una reflexión sobre lo que explica y comenta el autor. En el capítulo explica las diferencias entre los buenos escritores y los escritores incompetentes o mediocres, como los denomina él. Para ello, describe el conjunto de estrategias que se deben seguir para ser un buen escritor. Éstas las divide en 3 tipos: las estrategias de composición, las de apoyo y los datos complementarios.
Las primeras están relacionadas con la producción propia del texto, de su contenido y estructura, las segundas las describe como microhabilidades de refuerzo para afrontar las deficiencias gramaticales, léxicas, textuales y de contenido y las últimas estás relacionadas con el hecho de complementar la descripción final del proceso.
En mi opinión, considero que las estrategias propuestas por el autor son importantes y útiles a la hora de crear un texto y el hecho de dividirlas en distintas estrategias y ordenarlas en distintos pasos facilita la tarea de composición de un texto. Sin embargo, creo que depende del texto que se quiera escribir, para poder ser considerado un buen escritor también es necesario contar o trabajar aspectos como la creatividad, imaginación y capacidad expresiva y quizás estos aspectos se encuentran un poco olvidados en este capítulo. Creo que habilidades de este tipo también pueden llegar a diferenciar un gran escritor de un escritor correcto. En uno de los puntos, destaca que los escritores mediocres son aquellos que empiezan a escribir sin planificar antes una estructura. D. Cassany (2011) comenta que "en un estudio Wall y Petrovsky (1981) comprobaron que (...) los buenos escritores dedicaban un tiempo a pensar antes de empezar a escribir, mientras que los escritores menos capacitados pocas veces lo hacían y raramente tomaban notas o hacían planes sobre la estructura del texto. Éstos preferían empezar la composición del texto escribiendo a chorro"  (p.122)  Comparto con él la opinión de que un buen texto tiene que tener una estructura, sin embargo, pienso que ésta se puede planificar antes de escribir o mientras se va escribiendo el texto. Considero que en ocasiones empezar a escribir según van surgiendo las ideas "escribir a chorro" como lo describe Cassany en el libro, sin pararse a pensar en si aquéllo es correcto o no, si sigue una estructura, coherencia, cohesión,... puede dotar al escrito de mayor espontaneidad, proximidad y sinceridad. No obstante, si que es necesario que en el algún momento el escritor pare y analice la estructura, las características gramaticales, léxicas, ortográficas y textuales del escrito para comprobar su corrección.